A pesar de que ya hemos dedicado un artículo a los impuestos y propinas en Nueva York, creo interesante aportar mi experiencia con las propinas una vez visitada la ciudad. Como bien apuntábamos en su momento, las propinas con fundamentales para la gran mayoría de empleados del sector servicios, como botones, taxistas y camareros. De los ultimos es difícil encontrar en la mayoría de establecimientos pues te sirves tú, pagas tú y tiras tú la bandeja a la papelera, pero en cambio los botones harán todo lo posible para conseguir tu propina y si le das menos de lo que esperas se enfadarán y te lo harán saber. Por pedir que no quede, ¿no?.
Como ejemplos concretos, puedo contaros el de un botones del hotel donde me alojé que, prácticamente sin pedir permiso colocó las maletas en el carro nada más hacer el check in. Subió las maletas y tuvo que esperar incluso a que en recepción me cambiaran dinero pues sólo tenía billetes de 50 y 100 dólares y no iba a poder darle nada de propina. Por cuatro maletas le di 3 dólares de propina y el caballero, un hombre bastante mayor, se quedó en la puerta esperando por si iba a darle más, y tras quince segundo y ver que ya estaba abriendo las maletas se fue realmente indignado. Evidentemente es su problema, pero como no les importa absolutamente nada el provocar ese tipo de situaciones tensas e indeseables, una de dos, o le echas caras y dices esto es lo que hay, o vas soltando propinas más generosas por cada uno de los sitios donde pasas.